mar 04 2011
Violencia e hipocresía
Europa defiende los alzamientos del norte de Africa como justificados. ¿Cuando es justo luchar? ¿Es politicamente correcto defender unos alzamientos y otros no?
Eusko Alkartasuna se define como pacifista y defensora de todos los DERECHOS HUMANOS, sin embargo el Estado español sigue actuando como si la solución a todo, incluido el conflicto vasco pasa por la violencia contra todo lo vasco, y que tortura y políticas para eliminar el problema son un mal menor.
Os aconsejamos leer el siguiente texto, al final del mismo viene su autor y la fecha:
La naturaleza entera está impregnada de violencia. Los animales y las plantas la practican, en defensa de su propia existencia, obedeciendo a un instinto natural. La historia de la humanidad es una sucesión de violencias ininterrumpidas. Y es cierto que, hace veinte siglos, la figura de Jesús de Nazaret surge, solitaria y desconcertante, mandándonos pagar el mal con el bien y ofrecer la segunda mejilla a quien nos haya abofeteado en la primera. No es menos cierto que a la Iglesia, que se reclama de Cristo, le cabe la responsabilidad de habernos enseñado, ella también, a usar de las armas como medio de Poder y a emplear la hoguera como instrumento de convicción. Pocos pueden pues presumir, en este mundo, de tener sus manos totalmente limpias de lágrimas y de sangre.
Pero ahora resulta que las cosas son distintas a como las veíamos nosotros. Que nos hallamos equivocados. Que jamás la sangre había enrojecido el suelo de este planeta. Que el mundo había venido siendo hasta hoy un campo de perfumadas violetas y mariposas nupciales. Y que ha sido el nacimiento de ETA -producido por generación espontánea y culpa propia, sin la menor responsabilidad ajena- la que por primera vez ha hecho conocer al hombre el horror de la violencia, de las lágrimas y de la sangre.
¿Las Cruzadas? Nada. Simples Asociaciones de objetores de conciencia. ¿Santa Juana de Arco, recientemente canonizada? Nada. Una jovencita de Orleans que se limitó a pedir a los ingleses que, por favor y por las buenas, se fueran de Francia. ¿Simon Bolívar, a quien ofrecemos discursos emocionados y coronas de flores todos los días? Nada. Un hijo de emigrantes vascos pacifista que, sin disparar un tiro, logró la independencia de América discutiendo con Madrid un problema de transferencias. ¿Los navarros Daoiz y Belarde? Nada. Unos buenos españoles razonables que no creían en independentismos ni utopías y se fueron a Baiona a pedirle a Napoleón un Estatuto de Autonomía para una parte de España llamada Vascongadas, dentro, naturalmente, de la Constitución francesa. ¿Los comunistas internacionales correligionarios del pacifista señor Carrillo? Nada. Unos perfectos caballeros que siguen logrando imponer la ley a medio mundo rezando por las noches el rosario en familia. ¿Los yanquis? ¿Los yanquis, dice usted? Bastante favor les debemos por haber bombardeado Hiroshima, acortando con ello la guerra para evitar mayores sufrimientos a la humanidad. De las bombas atómicas no hablemos, porque todos sabemos que han sido inventadas para destruir la polilla. Y en cuanto a la Cruzada franquista con su millón de muertos a la espalda… txisssst! De eso no hay que hablar, eso hay que olvidarlo, seguir hablando de eso resulta… de mal gusto. Aquí no hay que hablar más que de la ETA y sólo de la ETA, única inventora, responsable y causante de la violencia en el mundo.
Este es el panorama idílico que nos quieren pintar doña Hipocresía y don Fariseo, mientras nos bailan -¡con los ancianos que son ya los pobres!- su danza macabra en torno del engaño y de la mentira. Pero no todos nos tragamos el anzuelo ni pretendemos hacérselo tragar a los demás.
No ha sido ETA la que ha engendrado la violencia. Ha sido la violencia la que ha engendrado a ETA. No fue su manantial. Ha sido su fruto. ETA nació en un charco de sangre. Pero esa sangre no había sido vertida por ETA. El nacionalismo vasco no había nunca cogido las armas para hacer triunfar sus ideas. Su actuación había sido exclusivamente social, cultural, política. Fueron otros -todos sabemos quiénes- los que en 1936 obligaron a coger el fusil en la mano a unos hombres que, por esencia propia, por civilización propia, sentían horror a matar. Y el nacionalismo vasco, obligado a coger el fusil para defender el País, trató de humanizar la guerra hasta un punto inconcebible. Los propios perseguidores franquistas, cuando se veían en peligro,-por miedo a muchos que hoy se rasgan las vestiduras, socialistas y comunistas-, llamaban a la puerta de sus propios perseguidos vascos para pedirles protección y defensa. Así hizo la guerra el nacionalismo vasco.
Pues bien, esta actitud mereció un pago y ese pago fue una particular saña y persecución precisamente contra el pueblo vasco. Por eso, amigos míos, mal que os pese, ETA es vuestro fruto. La habéis engendrado vosotros. Es el resultado de vuestra violencia y de vuestra ingratitud. Es la tempestad nacida del viento que sembrasteis. Nuestro País es un País sensible. Una muestra de generosidad y de grandeza por vuestra parte, producida a tiempo, hubiera podido ayudar a resolver, o al menos a encauzar, sin más sangre, el problema vasco. No lo hicisteis y seguís sin quererlo hacer, desdeñando toda negociación seria andáis queriendo comprar nuestro País al más bajo precio posible, pero los hombres dispuestos a dar su vida no han sentido nunca vocación de cicatería, de engaño, de violencia y de ingratitud… que continúan. Los gudaris de hoy son los hijos de los gudaris de ayer del 36. Pero ciertamente, ya no son los mismos. Ya no hacen la política ni la guerra de la misma manera. Si no son de vuestro agrado, no os quejéis. Sois vosotros los que los habéis reformado.
¿Habláis de violencia?¿Quién sigue invitando diariamente a la violencia? Dejando prisiones, torturas y otros métodos convincentes de lado, ¿era violencia la celebración del Aberri Eguna en Iruñea? Y la prohibisteis. ¿Es violencia salir a la calle -incluidas madres y hermanas de los presos- a pedir la amnistía? Y la habéis prohibido. ¿Qué queréis? ¿Convertirnos en cobardes degenerados que dejen a sus jóvenes y hermanos presos pudrirse a la sombra? ¿Es así como vais a convencer a la juventud de nuestro País de que la lucha armada ya no tiene otro objetivo ni razón de ser, porque ya están plenamente en sus manos la libertad y la democracia? ¿Así? ¿Movilizando más guardias que manifestantes, enviándonos tanquetas con los fusiles a la vista y convirtiendo las plazas y calles de Euskal Herria -tómese a Hernani como ejemplo- en villas ocupadas?
Acto político a finales de los años 70 en Leire (Nafarroa) con dirigentes de la izquierda abertzale. Telesforo Monzón se encuentra en la mitad leyendo una proclamación.
Pero no seamos ingenuos. No perdamos de vista el bosque por mirar al árbol. La mayor violencia hoy contra el Pueblo vasco no se juega en torno a las tanquetas que se pasean por Gipuzkoa. Se juega en torno a Nafarroa. La estrategia es clara. Se trata, simplemente, de rompernos en cachos la nación vasca con la esperanza de que cada trozo salte en direcciones distintas haciendo imposible la reconstrucción del jarrón. Y a esta alta estrategia, elaborada en Madrid por las derechas del tiempo de Franco, esta colaborando con entusiasmo el Partido Socialista Obrero Español. Las declaraciones del señor Urralburu del Partido Socialista de Nafarroa, las del gobernador civil de Nafarroa y las del general Santamaría respecto a Nafarroa se hallan perfectamente orquestadas. Todo lo demás hoy, incluidas las mayores o menores transferencias, son puro divertimento. La estrategia es la de rompernos el jarrón. Y si para ello hay que emplear la violencia y el soborno, se emplearán. Como se emplearon en el Teatro Gayarre de Iruñea aquel terrible día de 1931 en que, habiendo quedado sellada y proclamada por la mañana la unidad de Euskadi Sur, por la tarde -gracias a la compra de votos combinada de derechas e izquierdas españolistas entre bastidores- quedó nuevamente Euskal Herria lo suficientemente rota para que, cinco años más tarde, los Molas y los Beorlegi pudieran traspasar a cañonazo limpio la frontera entre Nafarroa y Gipuzkoa.
Esta es la terrible lección en la que a muchos nacionalistas de aquel tiempo, incluido el que escribe estas líneas, le cabe una responsabilidad.
No vayamos a caer hoy en el mismo pozo, en el que nos empantanamos ayer, dejando sola a Nafarroa y siguiendo con las Vascongadas. Sería una reincidencia sin perdón. La historia debe de servirnos de algo y la experiencia también. Porque es cierto que las circunstancias hicieron que, en aquella época, viniera luego un primer Gobierno Vasco totalmente nacional y soberano con el Lehendakari Agirre al frente. Pero también es cierto que tuvo que luchar contra los navarros que habían invadido Gipuzkoa por Oiartzun. Y eso, no. El consejero del primer Gobierno Vasco, el navarro Manuel Irujo -a quien desde aquí envío mi más apretado abrazo, seguro de su restablecimiento porque Manuel es un mocete navarro eterno e inmortal- se acordará de aquella espantosa y surrealista escena que sólo puede darse en las guerras más absurdas en que hizo su entrada en la Diputación Foral de Gipuzkoa la veintena de chicos del navarro Valle del Baztan del bando franquista, hablando euskera, hechos prisioneros por los gipuzkoarras también euskaldunes como los navarros. Al ver a los prisioneros navarros grité a Manuel Irujo: “Esto se ha termiando Manuel. Yo no lucho contra estos hombres. Mi puesto está junto a ellos”. A lo que el navarro Irujo me contestó: “¡Y el mío también! Pero qué quieres que le hagamos, chico, si al entar a Gipuzkoa han fusilado a más de diez nacionalistas”.
Pues bien. ¿De qué se trata, de repetirnos la escena? Sin Nafarroa, no queremos nada, nada, nada. Sin Nafarroa, ni un solo paso. No caeremos nuevamente en la trampa. Preferimos el jarrón entero, aunque sea vacío, que cachitos del jarrón roto envueltos en papel de transferencias.
Resulta ridículo e indignante oír hablar de que Nafarroa… ya vendrá, ya se incorporará, ya se sumará a las intistituciones vasgongadas. Nafarroa no tiene qué venir a ninguna parte, ni incorporarse a anda, ni sumarse a nadie. A Nafarroa le correspode Estar y Ser (Egon eta Izan). Nafarroa es Nafarroa.
Nafarroa comienza en las playas del Cantábrico, que es el mar de Nafarroa. Nuestra lengua es la “Lingua Navarrorum”. El Arrano Beltza da sombra a todos los vascos de la tierra. Iruñea es la capital histórica de Euskal Herria entera.
Ante la provocación y la violencia con la que nos quiere lanzar el jarrón al suelo para hacerlo añicos, jóvenes abertzales de Euskal Herria, patriotas vascos del mundo entero, cualquiera que sea vuestra ideología por muy divididos que nos hallemos hoy, una sola consigna suprema, un solo grito por encima de todos los otros: Gora Nafarroa Batua!
Artículo de Telesforo Monzón (1905-1981) en el diario EGIN el 1980/VII/24
Si no se aborda el origen de los problemas, es imposible solucionarlos