Erandio 





ERANDIO ERAIKITZEN 

ira 07 2011

IMPONEN EL LIMITE DEL GASTO, NO FIJAN MINIMO DE INGRESOS

Honek argitaratua: endi ordu honetan: 16:24:41 hemen: Ganbara

El Estado español es uno de los estados de la UE-15 (el grupo de países más ricos de la UE) con menores ingresos, un 34% del PIB, muy lejos de la media del 44%, estando a la cola del gasto público por habitante. En Suecia es del 52% si España tuviera la política fiscal de Suecia, se ingresarían 200.000 millones de euros más, cantidad suficiente para eliminar el déficit del Estado y corregir el enorme déficit de gasto público social. Los ricos en España tributan sólo el 20% de lo que tributan los ricos en Suecia.

déficit/superávit = ingresos – gastos

¿por qué solo tocar la parte del gasto y no los ingresos?

Durante estos últimos 15 años, PP y PSOE han estado reduciendo los impuestos y debilitando su progresividad. El tipo efectivo del IRPF que abonan las rentas más altas se ha reducido en 18 puntos, las grandes empresas tributan un 10% menos por sus beneficios y la banca se ha beneficiado de la enorme tolerancia hacia el fraude fiscal.

Alemania consiguió tener un déficit estructural inferior al 0,4% sólo un año; EEUU, tres años; Reino Unido, cuatro y España, también cuatro, a costa, de tener el gasto público por habitante más bajo de la UE-15, el año pasado fue del 9% y este año del 6%

El acuerdo establece que el déficit de las Comunidades Autónomas no podrá superar el 0,14% del PIB, y que las entidades locales (Diputaciones y Ayuntamientos) no podrán tener déficit. Todo ello a partir del 2020, ¿entonces porque la prisa?

Lo que vivimos ahora es la repetición de lo que ocurrió en el periodo 1993-2008. La reducción del déficit público, requerido por el criterio de Maastricht, a costa de no aumentar los impuestos, que bajaron, sobre todo en las rentas superiores, reduciéndose un 37% para las rentas de más de 300.000 euros, pero sólo un 1,7% para el resto.

Los programas de austeridad que se están imponiendo a Grecia, Irlanda o Portugal están aumentando el desempleo, cerrando los pequeños comercios que se están hundiendo y se está privatizando absolutamente todo, política pensada para volver al mundo laboral del siglo XIX, para deshacerse de los beneficios sociales por los que la gente luchó durante muchas generaciones. Y muchos gobiernos europeos gobiernan claramente en nombre de su sector financiero.

La reforma constitucional es una medida que sólo ha aplicado Alemania, que es el País más neoliberal de Europa.

¿DE DÓNDE VIENE EL PROBLEMA?

Tenemos una divisa común, pero no tenemos políticas fiscales, económicas, ni sociales comunes. En lugar de aumentar los impuestos, los gobiernos están compitiendo para reducirlos. Irlanda tiene un impuesto de sociedades del 12,5% porque el euro, moneda de 17 países (DE LOS 27 DE LA UE) y de 350 millones de personas, es una herramienta con un objetivo: la consolidación de los dogmas neoliberales en los que se fundamenta la UE. Estos dogmas, que el Pacto de Estabilidad (1997) ratifica y que el Banco Central Europeo (BCE) sanciona, son tres: equilibrio presupuestario estabilidad de los precios, y estímulo de la competencia.

No existe unidad social, sólo económica, ninguna voluntad de garantizar el crecimiento, ningún propósito de reducir el paro, ninguna preocupación social, y obviamente ningún empeño en defender el Estado de bienestar.

Nadie obligó a los bancos franceses y alemanes a comprar tanta deuda griega. Los mercados asumieron, que los bonos griegos eran igual que los alemanes; pero ahora se han dado cuenta de que los bonos griegos son griegos, y están decididos a recuperar tanto dinero como sea posible a los tipos de interés más altos que puedan, y sin tener en cuenta los costos sociales.

Cuando Grecia fue admitida en la zona euro, las instituciones financieras consideraron inmediatamente que, a pesar de su evidente fragilidad y de sus escasos recursos, todas las garantías necesarias para recibir créditos masivos y baratos. ¿Os acordáis de Maastricht?. Toda la UE ofertaba financiación a tipos de interés de ganga, en particular por parte de bancos alemanes y franceses que incitaron a los gobernantes griegos a endeudarse a bajo coste y a largo plazo para adquirir principalmente material militar alemán y francés…

Cuando estalla la crisis financiera de 2008, la de los bonos basura estadounidenses, rápidamente se extiende al sector bancario europeo. Los bancos carecen de liquidez y restringen el crédito. Lo que amenaza con asfixiar el conjunto de la economía. Para evitarlo, los Estados ayudan masivamente a la banca. Y la salvan. Para ello, se endeudan aún más comprando dinero en el mercado internacional porque el BCE se niega a ayudarlos.

Intervienen las agencias de calificación Norteamericanas, que sancionan el excesivo endeudamiento de los Estados para salvar a los bancos. Los tipos de interés de los préstamos a los Estados más endeudados se disparan y se produce la crisis de la deuda soberana.

La deuda griega es insignificante si se tiene en cuenta que el PIB de Grecia representa menos del 3% del PIB de la eurozona. El problema, podía haberse resuelto hace ya más de un año sin gran dificultad. Pero el gobierno conservador alemán, que enfrentaba entonces unas complicadas elecciones locales, decía que no sería moralmente justo que los griegos, acusados de “corrupción” y de “laxismo”, saliesen tan rápidamente del mal paso. Había que castigarlos para que no cundiese “el mal ejemplo”.

Angela Merkel declaró que una ayuda demasiado rápida a Grecia, “tiene el efecto negativo de que otros países en dificultades podrían dejar de hacer esfuerzos”. Por eso, con el apoyo de sus aliados, empezó a poner pegas de todo tipo. Dejando pasar los meses y recurriendo al FMI, experto desde hace cuarenta años, en exigir siempre esfuerzos antisociales a los países endeudados. Sus recetas (aplicadas con dureza en América Latina durante los años 1970 y 1980) son siempre las mismas: alza de las tasas al consumo, recortes brutales de los presupuestos públicos, estricto control de los salarios, privatizaciones masivas…

Como siempre, los ricos se escaparán y el capital internacional disfrutará con las oportunidades que ofrecen las privatizaciones. La ciudadanía estamos pagando dos veces por la crisis financiera: rescatando a la banca y sacrificando y arruinando a nuestros propios países y medios de vida.

El resultado es una sociedad europea empobrecida en beneficio de la banca, de las grandes empresas y de la especulación internacional. ¿Qué pasará cuando nos decidamos a concentrar la mala leche contra el verdadero responsable, el diseño de la Unión Europea?

No se pueden recortar los presupuestos de la policía cuando se recorta todo lo demás. Porque cuando se roba a la ciudadanía lo poco que tiene, con recortes en el gasto social, a fin de proteger los intereses de los que más tienen, hay que contar con que haya resistencia, manifestaciones organizadas o saqueos espontáneos como los disturbios en Londres, desalojos del 15-M o un nuevo estallido social.

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